sábado, 25 de diciembre de 2010

Distancia

Después de tener durante varios días seguidos a una persona querida, se hace extraña la sensación de girar la cara en la almohada y no ver su sonrisa ni sus ojos clavados en los tuyos. La realidad es que la distancia de nuevo nos separó, un tren que se lo llevó lejos, hasta el próximo encuentro. El simple hecho de tener una dependencia tan grande hacia él, que me hace pensarle a todas horas del día, hace que mi imaginación me juegue la mala pasada de traerme su recuerdo, pero alejar cada vez más de mi su cuerpo.

Solo el hecho de pensar que está lejos, que me quedan horas para volver a tenerle junto a mi, para poder abrazarle, poder besar cada recoveco de su cuerpo. Poder decirle todo lo que siento con tan solo mirarle a los ojos y sonreirle alegremente. Solo nos separan un tren, unas vías.. una larga distancia que aunque parece poca cuando quieres verle, no lo es tanto cuando lo añoras porque, el hecho de tenerlo, ansiarlo a cada minuto del día, y ver que está a kilómetros de ti, y que tan solo una llamada, un mensaje, hablar por hablar, aunque sean tonterías, es lo único que os salva de esa triste y apagada llama que se llama distancia.

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